Tito Azócar E.
YA HACE TIEMPO QUE...
Es un pasillo
visto en perspectiva.
Bajo la amplia puerta
penetra la luz;
ilumina mis sandalias
y va a morir
bajo mis pasos.
Un rostro demacrado
aparece entre las sombras.
Las cortinas de las piernas
vibran con los tacos.
Retumban los chasquidos
y cae la mañana.
Son las tres de la madrugada
que se convierten en cinco
de la tarde al golpe
inmaculado de los tiempos.
La luz que penetra
ya es sombra.
La sombra
ya es luz.
Mis trajes del día
están durmiendo
y el hombre que penetra
yace muerto.
Si mi alma supiera
que las estrellas
se alejan
dejaría esta pobre caja
para llegar hasta ellas.
Voy a atrapar los tesoros
para convertirlos en nada;
de eso, está segura
la nostalgia.
Vive el día para
morir en la noche.
Vive el sapiens
para morir en el homo.
Hace tiempo
que los bergantines
se hundieron.
Hace tiempo
que los cachorros del león
no crecieron.
Los candados se cierran
para ser abiertos
y las puertas
se cansaron
de cerrar.
Estoy configurando
las páginas
para alcanzar a escribir
que ya estoy muerto.
La luz bajo la puerta
se ha apagado.
Los tacones ya se fueron.
Queda la luz de un día
que se convirtió en noche.
Queda lo que no queda
en las tinieblas de la mañana.
Vive lo que muere
a la orilla de tu cama.
